Departamento de Comunicación Corporativa

La comunicación es una actividad transversal en las organizaciones. Esto quiere decir que esta actividad está presente en todas las áreas de la empresa. Lo que exige un nivel de gestión elevado y adecuado a cada una de las funciones que debe desarrollar. Desde que en los años 80 se comenzaron a implantar los procesos de calidad para la mejora de las empresas, los estudiosos de los mismos se dieron cuenta que un gran porcentaje de errores cometidos sucedían por errores en la comunicación.


Desarrollar protocolos de actuación en los que la comunicación fluya de forma adecuada por los diversos procesos productivos es uno de los objetivos fundamentales de los criterios de calidad.

Esta comunicación interna que tiene como objetivo la mejora de procesos, se une con otra comunicación dirigida a la consecución de una cultura empresarial que colabore en la gestión y la competitividad de la organización. Para ello las empresas están percibiendo la relevancia de la gestión de los recursos humanos. Esa importancia y la gestión que los recursos humanos necesitan están empujando a las organizaciones empresariales hacia una gestión que impulse la participación de todos las personas.

Una gestión donde los trabajadores asumen mayor capacidad de autogestión y promueven la innovación desde el conocimiento especializado de su área de ejecución en el proceso productivo. La idea no es nueva. Hace años que personas tan conocidas entre nosotros como López de Arriortua reivindicaban el papel de los trabajadores en los procesos de mejora y de calidad. Por encima de sistemas de mejora excesivamente dirigidos y encorsetados en rígidos sistemas de gestión. La actividad comunicativa es el nexo que uno los equipos humanos para el desarrollo de cualquier actividad. Comunicación viene de crear comunidad.

En las organizaciones se trata de crear una comunidad con unos objetivos. La comunicación es básica para la participación, así como para la transferencia de conocimiento y, por lo tanto, lo es para la innovación y el desarrollo. Por todo ello, y desde un punto de vista de la gestión interna de la empresa la comunicación tiene aplicación práctica en el desarrollo de procesos de mejora productiva, y por otro lado, es fundamental para la creación de una cultura empresarial que procure una mayor implicación y desarrollo de los recursos humanos. Pero la comunicación tiene otras dos áreas de trabajo más reconocidas en la empresa actual: la comunicación publicitaria y las relaciones públicas.

 Estas dos técnicas que siempre han servido de eje para definir las necesidades comunicativas en décadas anteriores, han evolucionado en los últimos años hacia un mayor nivel de especialización con un desarrollo importante de nuevas técnicas y medios. Tanto que ya no se reconocen dichas técnicas como las únicas garantes de las comunicaciones externas de la empresa.

El desarrollo de la publicity y la relación con los medios de comunicación, la organización de eventos y la participación en ferias, las actividades de patrocinio en diversas áreas como el cultural, deportivo o en medios de comunicación, la publicidad masiva referida a la corporación o al producto, el marketing directo por correo o teléfono, Internet y el correo electrónico, las promociones de ventas, la gestión del equipo de ventas o la participación cada vez mayor de toda la organización en el servicio al cliente, son técnicas que han complicado y especializado de forma importante la tradicional división entre publicidad y relaciones públicas.

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